La Unión General de
Trabajadores cumplió ayer, 28 de abril, cuarenta años de lucha sindical en
libertad. Tal día como hoy, en 1977, el sindicato registró sus Estatutos ante
el Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación (actual SIMA),
constituyéndose de forma legal en nuestro país como sindicato de clase.
El Parlamento español
había aprobado el 1 de abril de ese año la Ley reguladora del Derecho de
Asociación Sindical, que reconocía la legalidad de las distintas asociaciones
empresariales y sindicales. Se acababa así con 38 años de represión y
ostracismo de la dictadura en los que UGT mantuvo su legitimidad interna en los
doce congresos celebrados en Francia y el último en Madrid en 1976, un año
antes de su legalización.
Fueron necesarios
muchos y enormes sacrificios, con encarcelamientos, despidos, huelgas y un gran
sentido de responsabilidad y tolerancia para avanzar hacia la libertad sindical
plena. La Unión General de Trabajadores fue legal porque luchó para conquistar
el derecho a serlo. Nadie nos regaló nada.
UGT fue un actor
fundamental en la instauración de la democracia y ha sido un actor fundamental
en su consolidación durante los últimos 40 años. La legalización de los
sindicatos democráticos y de clase y la práctica desaparición del sindicalismo
vertical activado por la dictadura marcan la trascendencia de una lucha que,
con frecuencia, se desvirtúa o banaliza en la actualidad.
Durante estos 40
años, el sindicato ha mantenido su lucha contra el intento de debilitamiento y
confrontación que se ha intentado trasladar a la sociedad, junto con la idea de
una pérdida de fortaleza del movimiento sindical. Sin embargo, hemos vencido los
obstáculos y hemos demostrado que somos el baluarte y la garantía de los
derechos y libertades de los ciudadanos.
En este sentido, UGT
cuenta con casi un millón de afiliados y afiliadas, cerca de 90.000 delegados y
delegadas, negocia unos 4.000 convenios para casi 11 millones de asalariados y
asalariadas de más de un millón de empresas, participa en decenas de mesas
institucionales y representa los intereses del conjunto de los trabajadores y
trabajadoras del país, como mandata la Constitución.
Todo ello con el objetivo de mantener la defensa por la movilización, negociación e impulso de una intensa actividad política e institucional en la consolidación y mejora de los derechos de todos los trabajadores.
Todo ello con el objetivo de mantener la defensa por la movilización, negociación e impulso de una intensa actividad política e institucional en la consolidación y mejora de los derechos de todos los trabajadores.
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